miércoles, 5 de junio de 2013

Tribulaciones de una crisálida (XLV)

Cómo identificar lo que no existe, lo que no tiene voz ni los matices de la luz fecundada por la alquimia de la ira seminal de la tormenta. Pero yo sé del nombre del silencio, de ese destello helado y azabache que suena en los oídos del sediento como una marcha fúnebre al crepúsculo.

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