viernes, 23 de agosto de 2013

Es una experiencia religiosa...


Se me antoja que, en el seno
vaticano, Benedicto
XVI hízose adicto
al pan negro de centeno.
Y que tanto desenfreno
consumiendo cornezuelo
le ha hecho afirmar sin recelo
y extático que se ha ido
porque dios se lo ha pedido
en persona desde el cielo.

Ilustración: Éxtasis de Santa Teresa, de Bernini.

2 comentarios:

Pesadillas de Papel dijo...

Por eso nunca consumo pan, y mucho menos negro de centeno. ¡Dios me libre!

Anónimo dijo...

¿Si el Papa no habla con Dios? ¿Quién si no?