sábado, 9 de noviembre de 2013

Herrumbre

el miedo que le tiene el español
hoy día al comunismo
–quiero decir a aquellos
que todavía se dicen
marxistas-leninistas en España–
es –amén de infundido–
un temor infundado

como el que siente un niño
solo en su habitación frente a la estéril
e inocua oscuridad
–que es ausencia de luz
menos que nada

y ojalá alguna noche
solamente una noche
llegase a triunfar la antimateria

–y que nadie pretenda arrebatarme
el consuelo postrero –ese derecho–
de estar decepcionado

1 comentario:

Anónimo dijo...

El comunismo dentro de poco sólo se recordará en los libros de historia, igual que a los tratantes de esclavo de los que desciende Obama