martes, 11 de marzo de 2014

No escuchéis al silencio...

No escuchéis al silencio.
Esconde en sus entrañas malas hierbas, semillas de animales
venenosos, las razones del cántico.
Yo he de seguir sus huellas -lo deseo-
hasta el nexo del ojo que me mira
desde el fondo sin centro del abismo.

Pero vosotros, no, no lo escuchéis;
el centro de su voz es la mentira;
o el silencio: la única
verdad, la sed
definitiva, insípida, sed última.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El silencio es sed cuando se busca la conversación amable en el desierto humano...