viernes, 24 de octubre de 2014

El africano

Después de aquel desagradable malentendido, ocasionado en parte por sus dificultades con el idioma, y del que no se podría decir que saliese bien parado, exigió con vehemencia "daños y prejuicios". Le propinaron una patada en los cojones, y, tras considerarlo culpable de no se sabe qué delito, lo repatriaron sin más contemplaciones.

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