miércoles, 21 de septiembre de 2016

Dukkha

una amalgama hostil de sanguijuelas
habita las arterias de los sueños
secándolas
                      lacrando
la línea en que convergen
la mies y la alborada
y ajando con proterva
fruición el corazón de la esperanza

cómo no maldecir
el arrepentimiento de Pandora
ese error que sumado
a su curiosidad morbosa
fue el principio del fin
del único placebo
que asiste al ser humano
en su tránsito inútil por el mar sin orillas
de luz que dé sentido
a la sal y las sombras

1 comentario:

mailconraul dijo...

¡El pecado, sin el menosprecio de la cajera, llena de matices la luz!