sábado, 26 de noviembre de 2016

Perplejidad de Marcelino Samper en su ascenso a los infiernos


Cuando Marcelino Samper, como sucede con todo comunista de bien, ascendió a los infiernos, quedó tan gratamente sorprendido por lo que allí encontró, que, tratando de hallar alguna explicación que lo sacase de su perplejidad sin fondo, dijo al diablo que lo asistía como cicerone en su primera noche:

―Hermano diablo, yo siempre había pensado que, para regocijo de cuatro demonios panzones y desalmados, este sería un lugar de infinitas carencias y aun mayores sufrimientos para las almas aquí confinadas. Pero veo que, pese a ser evidente que tampoco es que se nade en la abundancia, aquí se vive… es un decir, claro, perdón: la falta de costumbre. Quiero decir que las condiciones de vida… perdón otra vez… las condiciones son mucho mejores de lo nunca habría podido llegar a imaginar.

―Oh, bueno, mi hermano, es cierto que, hasta hace no mucho, las cosas iban por aquí de mal en peor.

―¿Y entonces?

―Bueno, mi hermano, en eso llegó Fidel. Y se acabó la diversión.

1 comentario:

Carlos dijo...

Surreaalista homenaje al Comandante en Jefe, con lo que acaba le época del comunismo en los manuales de historia. Hemos pasado de la Guerra Fria al Calentamiento Global