jueves, 15 de diciembre de 2016

Serrano Suñer


Más allá del adulterio,
nada tras aquellos ojos
escondido: odio a los rojos,
paredón y cautiverio,
mientras desde el Ministerio
de Exteriores ofrecía
franco apoyo a la jauría
de Hitler y sus secuaces.
No seamos, pues, falaces
templando su biografía.

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