sábado, 26 de agosto de 2017

Pista central

Manejan la jauría
como si el hombre lobo
para el hombre no fuese
más que un ángel armado
de una espada de fuego
velando por los justos.
Y nutren al licántropo
sin alma con la sangre
de vestales paganas.
"Nunca muerdas la mano
que te da de comer"
-es la lección que tratan
de inculcar a la bestia.
Pero domar las llamas
del vacío es asunto
propio de tragafuegos
con corazón de acróbata,
y a los sumos pontífices
del látigo y el frío
nunca les fue otorgado
el don del equilibrio.
Así que más temprano
que tarde el hombre lobo
dominante alzará
sus garras reclamando
hacerse con el mando.
Y correrá la sangre
y aplaudiremos todos
su victoria aun sabiendo
que no ha de cambiar nada.

1 comentario:

Carlos dijo...

¿Nos gobiernos lobos, o políticos, es decir, funcionarios ambiciosos deseosos de progresar económicamente medrando del erario público?