martes, 10 de octubre de 2017

Paciente cero (II)


Hace sólo unas horas
hablaba en un poema
de virus y bacterias.
Para ser más concretos
me refería al virus
llamado por la España
patriótica, de bien,
                                 constitucionalista,
del independentismo catalán.
También hablaba de la falta
de prevención como un factor de peso
en la propagación de la epidemia.
Nada dije del virus
anticatalanista. Lo hago ahora.
Este virus, un virus,
aunque mucho más débil, heredero
de aquel otro que antaño
sembrara de cadáveres los pueblos
y ciudades de la Una,
Grande y Libre, ha mutado.
La causa es evidente:
la manipulación irresponsable
de los Mengeles patrios
para usarlo como arma contra el virus
del independentismo.
Y ahora que ya anda suelto
y sin control alguno por las calles
de España más nos vale
dejar de dedicar tantos esfuerzos
a erradicar el virus
del independentismo,
y enfrentarnos con todas nuestras fuerzas
a este virus que estuvo
tanto tiempo latente
y ha sido reactivado, renovado:
el virus del fascismo.

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